viernes, 25 de enero de 2013

Bitácora conversacional




Sentirle el pulso a nuestras comunicaciones y, por ende, a nuestras relaciones, pasa por tener entrenamiento en el observarnos en nuestra manera de comunicar, cuando estamos comunicándonos.

Mirar nuestra acción, nuestro cuerpo, nuestras palabras durante diálogos con o sin objetivos es un ejercicio en el que nos podemos entrenar permanente llevando una bitácora de este recorrido por el mundo del lenguaje -en su sentido más amplio- las percepciones, las emociones-argumentaciones y vinculaciones. Todo sin perder el norte.

Solemos asumir nuestras conversaciones con la naturalidad con la que se asume nuestra respiración y alimentación. (Todos procesos vitales para el ser humano) Pero esto no quiere decir que sean procesos que llevemos a cabo de manera conscientes y mucho menos saludablemente.

Esta reflexión viene al caso porque: 1-. Cada vez son más reiterados los diagnósticos que arrojan resultados deficientes en las comunicaciones entre gerentes, directores y presidentes de organizaciones y su grupo de colaboradores. Y 2-. Porque, además, este es parte del espiral de pensamientos que me llevó a una nueva manera de asumir las sesiones individuales en materia de comunicación para líderes de compañías, donde el conversar se convierte en un viaje que puede resultar saludable, productivo y, quizás lo más importante, divertido.  

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