viernes, 30 de marzo de 2012

Medir las Comunicaciones Internas



Esta semana se celebró en Buenos Aires el Foro Anual de Comunicaciones Internas. Me dispongo, entonces, a invitar algunos canapés -y aquí va el primero- que puede dar idea del banquete que nos dimos en este evento organizado por www.forumconferencias.com.ar
Unilever, Arcor, Omint, Ternium y Santander fueron las empresas que -en esta ocasión-  presentaron casos o proyectos en curso en materia de CI. BW Comunicación Interna, AB Comunicaciones, Inside y Alejandro Formanchuk&Asociados fueron las agencias/consultoras que armaron panel hablando acerca de las mediciones de CI.
Con respecto a este tema, www.bwcomunicacion.com.ar compartió una data dura y pura. En voz de Pablo Faga, uno de los socios fundadores de la firma, escuchamos los resultados de una investigación recién salida del horno, que midió cuánto, cómo y de qué manera miden las comunicaciones internas las empresas locales. 
Si se habla de comunicaciones estratégicas, todo pasa por un diagnóstico que nos dé indicadores y nos permita saber -luego de aplicar un plan-  si nos acercamos o no a los objetivos. De lo contrario, no sabemos del asidero de las inversiones en CI.
De total de empresas encuestadas, sólo 60.2% hace mediciones de CI. Pero, en su mayoría consideran el feed back informal y la encuesta de clima laboral como una manera evaluar el éxito de sus medios internos. Apenas 3.9% hace, en rigor, auditorías de CI.
Comienzo por comentar esta información, no sólo porque tiene carácter noticioso para el sector, sino también porque nos abre un abanico de preguntas: ¿Podemos transpolar estos datos locales al resto de Iberoamérica? ¿Cuánto invertimos en CI y cuánto medimos?  ¿Cuánto de la práctica de medir y luego comunicar colabora con la salud de las organizaciones?
Muchas preguntas pero una sola certeza: si no hay medición no hay estrategia posible.    

jueves, 22 de marzo de 2012

Prueba de ácido de las Comunicaciones Internas

La vinculación entre la comunicación y los logros colectivos es estrecha. Tan estrecha es que, cuando observamos en un taller de carpintería -por ejemplo- la elaboración de una silla, no hacemos distinción consciente entre lo que se hace y lo que se comunica para hacerla. Y es que la comunicación es una acción y la acción también comunica. Es imposible dividir.

Esto nos lleva directamente a reflexionar acerca de la convivencia armónica del mensaje y la acción en un emisor. ¿Hay una correspondencia entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago? Esta pregunta es la prueba de ácido de las comunicaciones internas. Si hay correspondencia e integridad en el diálogo íntimo de la empresa -es decir, de la mayoría de sus integrantes- habrá altas probabilidades de una respuesta asertiva y oportuna frente a una crisis.
Lo anterior justifica el presupuesto que invierten las empresas en materia de comunicaciones interpersonales. Programas de capacitación que dan luz a un espacio -otrora intocado por las organizaciones- tienen cada día más demanda.
El mejoramiento continúo de los integrantes de una organización como seres humanos y -por tanto- relacionales, es el primer paso de cualquier estrategia que presuma reposar sobre bases sólidas.  
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