viernes, 19 de febrero de 2016

Sintomatología conversacional y transformaciones


                                                        Fotografía de Tommy Ingberg

En el tránsito que lleva mi trayectoria profesional, me muevo escuchando conversaciones que emergen en ámbitos laborales. En ese camino, voy coleccionando frases que -a mi parecer- dan cuenta de una conversación insalubre que debe estar o está generando resultados que dañan a toda la organización como sistema. (Cuando digo resultados que dañan me refiero, por ejemplo, a ventas muy bajas, alta rotación de personal, escaso compromiso o cualquier otro aspecto no deseado, señalado por algún miembro de la empresa). 

Bien, de esas frases -que son sintomatología florida de una conversación insalubre- hay una que es mi favorita y que he escuchado en varios países de América Latina y la puedo parafrasear más o menos así: “Se lo he dicho un millón de veces y no hace nada”. 

Esta frase, a mi modo de ver, nos habla de una persona que no está consciente de cómo movilizar sus conversaciones para sacarlas de un patrón que hace que los resultados que no queremos se repitan. 

Y es que a través de nuestras conversaciones perpetuamos patrones que conservan los resultados que no queremos. Por eso, luce interesante ampliar la mirada que tenemos de nuestra manera de conversar para transformar el trabajo en equipo.  

Acerca de este tema profundizaremos el próximo 10 de marzo en Espacios en Blanco, en la ciudad de Caracas. Aquí la información para quienes estén interesados en profundizar y transformar.

lunes, 1 de febrero de 2016

Riesgos del cascadeo piramidal


El cascadeo es un proceso comunicacional a través del cual un tema permea todo el entramado conversacional de una organización, transformándola en sus haceres y resultados.

Por lo general, las organizaciones que se definen a través de un modelo piramidal, con una marcada tendencia a querer conservar una estructura jerárquica, eligen que este proceso se haga desde los niveles más altos a los más bajos.

Esta es una posibilidad que tiene ventajas pero que conlleva sus riesgos. Uno de ellos - que considero más importante- es que el tema que se coloca en las conversaciones se entienda como una instrucción que se debe obedecer y no como un tema abierto a la participación, ajustándolo al entramado relacional que hace a la organización posible.  

El segundo riesgo es que -quien toma la palabra para iniciar el proceso de cascadeo, tal vez impostado en su autoridad- se limite a informar, desperdiciando la oportunidad de escuchar al otro, legitimándolo en sus dudas, sus aportes y discrepancias que, no por ser silenciadas, dejan de darle una impronta a la calidad relacional que hace a la organización posible.

El tercer riesgo que observo es que, los primeros en desencadenar el proceso de cascadeo –es decir, lo cargos de más alta jerarquía- se sienten catalizadores de un cambio donde todo resulta transformado menos ellos mismos. Suelen definirse como directores y no ejecutores. No se puede pretender en el otro lo que uno no es capaz de dar.

Ahora bien, la ventaja más importante de esta modalidad es que los cargos más altos participan sí o sí en el proceso. No hay alternativa de exclusión para la franja entre directivos y gerentes. Y es que con la  participación de los cargos decisorios todo es posible, y con su indiferencia nada tiene sentido. 
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