viernes, 20 de julio de 2012

La virtud artesanal de las comunicaciones




Las comunicaciones son, por naturaleza, procesos artesanales. En principio, porque siempre están ligados a la hechura del humano y, además, son procesos únicos e irrepetibles, como una pieza de artesanía que puede ser parecida pero nunca igual a otra. 
Si tenemos un mensaje a comunicar a un público, este mensaje cambiará dependiendo de quién lo emita. “La mano” del emisor, por así decirlo, “moldeará” el mensaje de una manera distinta a otro emisor, así transmita igual contenido, a un mismo público, por un mismo canal. 

“Lo dicho, bajo ninguna circunstancia, puede ser separado de quien lo dice”, explica el maestro Humberto Maturana. Este vínculo -entre quien lo dice y qué dice-  otorga virtud artesanal y  sentido a las comunicaciones. Y no sólo porque el cuerpo, la voz y la condición de quien habla modifica el mensaje, sino también porque quien habla observó/percibió la realidad de cierta manera -también única e irrepetible- y ocupa el lenguaje -en toda su extensión- para explicarlo.  

¿Quién pronunciará el discurso? ¿Quién dará la entrevista? ¿Quién portará el mensaje? Son preguntas mayores que no se deben responder a la ligera en materia de CI´s. Aunque las comunicaciones sirvan a la industria, las mismas no pertenecen al mundo de la industrialización, su terreno natural es el de los artesanos, demandan el cuidado y la dedicación del trabajo “manual”, aunque luego se usen canales que multipliquen con fidelidad el mensaje.

viernes, 13 de julio de 2012

El valor de las emociones





El fin de semana pasado transmitían la final de Wimbledon por TV.  Se disputaban la copa Federer y el joven Andy Murray. El primero jugaba su última posibilidad de superar en récords al legendario Pete Sampras. Murray era la esperanza británica. Sobre sus espaldas descansaba la expectación del Reino Unido que hace más de 74 años no llegaba a la final.

No pude despegarme. Federer logra el punto de distancia que necesita para ganar y se arrodilla en la cancha. Lo logró. Le entregan el micrófono a Murray, justo antes de darle la copa a Federer. El joven británico llora de la emoción, reconoce sus limitaciones y dice: “cada vez estoy más cerca”, se le quiebra la voz, hace un silencio pero no logra contener las lágrimas, se recupera y destaca la valía de su contrincante y se acerca para abrazarlo.

¿Mi reflexión? Murray también ganó, se hizo más grande. Al dejarse tocar por sus sentimientos públicamente, se fortalece y gana seguidores. Incluso personas como yo, tan alejadas del mundo del deporte, estaremos pendientes ahora de su carrera y apostaremos por su logro. 

Se trata de una evidencia más del valor de mostrar nuestra emocionalidad. Desechando la creencia de que nuestros sentimientos nos hacen vulnerables y, por lo tanto, débiles. 

¿Cómo son las personas que tienen altos cargos en nuestras organizaciones? ¿Qué los hace grandes y qué los hace pequeños? ¿Con qué criterio estamos otorgando cargos de autoridad? ¿Cómo se comunican nuestros líderes? ¿Cuáles son los resultados? Tal vez sea propicio este tiempo para discutir cuáles son las consecuencia de ir en contra de aquello que nos define como humanos. Es eso.

viernes, 6 de julio de 2012

Desempeño, retroalimentación y CI´s


Una se muerde las uñas. Otra va por el tercer café. Más allá uno respiraba profundo. Otro desestima el momento, arruga la nariz, como dando a entender que no hay sorpresas detrás de la puerta: “es lo mismo de siempre”.

 ¿Qué pasa en esa oficina? Todos esperan su turno. El jefe está dando retroalimentación de la evaluación de desempeño.

Este encuentro, tan iluminado por los reflectores de recursos humanos, merece especial atención en términos comunicacionales. Se trata de una conversación donde la organización se juega todo lo capitalizado en términos de imagen. Si en este encuentro hay fisuras, existe el peligro de que se abra una grieta que puede resentir hasta las bases de una empresa.

¿Y a qué nos referimos específicamente cuando hablamos de fisuras? Pues a la coherencia entre la palabra y los hechos. Y no me hablo aquí a cuán vinculante sea la evaluación con un aumento del salario. Más bien quiero dejar sobre la mesa la importancia que tiene la correspondencia entre el desempeño del colaborador, lo que refleja su evaluación, la palabra de su jefe y, muy importante, su disposición a escuchar y actuar en consecuencia.

Esto requiere no sólo de conocimiento, también demanda prácticas y reflexiones en materia de comunicación. Por eso hace tanto sentido capacitar a los jefes en relaciones interpersonales, allí donde las CI´s tienen su mayor fortaleza.
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