viernes, 31 de agosto de 2012

Comunicación: la piedra angular


Hasta hace poco, ser un “buen comunicador” era una virtud que destacaba sobre la media a cualquier profesional. Y  se aceptaba calificar a un “excelente técnico”  como tal, aunque no tuviera facilidad para comunicarse asertivamente.

Hoy, los profesionales son observados integralmente. Y, sin la competencia comunicadora, se diluyen las bondades de su formación técnica, gerencial, administrativa, por nombrar algunas.

En pocas palabras. Ser un buen comunicador es condición sine qua non para cualquier desempeño. Así como la piedra angular, sostiene y le da vida al arco, así como el corazón compromete la vida, así debemos cuidar la comunicación como una habilidad cuya salud  le da vitalidad y sentido a todas las competencias profesionales.

Tener conocimiento, facilidad y asertividad para comunicar dejó de ser un valor agregado, pasó a ser una competencia medular.

Y esta es la respuesta que doy cuando me preguntan qué sentido tiene capacitar en materia de comunicaciones.

viernes, 24 de agosto de 2012

Especialista en comunicaciones






A la Gerencia de Comunicaciones de la empresa “X” llegó un mail de la Dirección de Operaciones cuyo contenido decía más o menos esto:
Señores Gerencia de Comunicaciones
A finales del mes próximo estaremos realizando una jornada, donde se explicará a todos nuestros empleados los nuevos instrumentos para medir la calidad de nuestros productos y servicios. Por esta razón solicitamos a ustedes:

1-. Una pancarta o pasacalle que anuncie el evento.
2-. Dos notas en la intranet. (Una antes y otra después del evento)
3-. Un pendón en el lugar donde se llevará a cabo el evento que está por definirse.
Gracias por su atención, Saludos.

Un paralelismo de esta situación es que usted llegue al médico y  diga: Doctor, por favor, sáqueme el apéndice, muchas gracias.

Lo primero que le preguntará el doctor será: Pero dígame, qué es lo que siente. Déjeme examinarle. ¿Cómo sabe que es el apéndice? Ese doctor jamás le preguntará: ¿Y cuándo quiere que se la saque? ¿Con qué tipo de anestesia lo quiere?

La experiencia y la especialización en materia de comunicaciones hasta hace poco no tenía el reconocimiento suficiente y estos casos se daban a diario. Hoy en día sólo lo saco a la luz para mis pares, aquellos que puedan tener en algún lugar de sus organizaciones a alguien que le pide que le saque el apéndice.

Y para ser justos con los créditos (sé que mis lectores actúan también en consecuencia) debo decir que este ejemplo lo amasábamos -y lo compartimos con nuestros clientes- en conjunto con Ramón Rivera Verde (@riveraverde) de RiveraVerde&Astudillo C.A. http://rva.com.ve/.

jueves, 16 de agosto de 2012

¿Burbuja digital?



En estos días leo y releo el Primer Informe del Diagnóstico de Comunicaciones Internas de Argentina, realizado en conjunto por Ibarómetro y BW Comunicaciones Internas Research. (http://www.slideshare.net/BWcomint/primer-informe-diagnstico-ci-1ra-parte)
Entre las cifras que arroja esta investigación está el siguiente dato que traigo hasta el blog para rodearlo de reflexiones: "el 55% del total de empresas tiene más del 60% de su personal con acceso a una PC".
En muchas ocasiones la naturaleza del negocio de  una empresa no permite el acceso a una PC por parte de todos los trabajadores, en tanto no es necesario para sus actividades.
Esto nos lleva a mirar con nuevos ojos la intranet, el correo electrónico y las redes sociales;  todos canales de comunicación interna. Dependiendo de las tareas que se realizan en una empresa, habrá una franja más o menos gruesa, que representa a los miembros de una organización -encargados por lo general del proceso medular del negocio- que queda fuera del alcance de estos medios digitales. Queda un vacío importante.
Y, si bien es cierto que estos medios son poderosos para superar la dispersión geográfica de los miembros de una empresa, siguen siendo menos potentes que la comunicación cara a cara que es, al fin y al cabo, la piedra angular de todas las comunicaciones que se dan dentro del entramado de relaciones que constituyen una organización.
Siempre allí, en la comunicación cara a cara, seguirá existiendo un yacimiento rico en retos para las comunicaciones internas, en tanto su alcance es total.

viernes, 10 de agosto de 2012

Comunicar en Cascada o “bajada de información”


Es común escuchar, dentro de las organizaciones, la necesidad de que una determinada información “baje” a todos los niveles de una compañía.


La principal razón de esta solicitud es que la divulgación del mensaje se hace cara a cara, es decir, no hay distancia de tiempo ni espacio entre los actores del proceso de comunicación, lo que trae consigo beneficios como el proceso de ajuste y la garantía de que el mensaje sea recibido al emitirlo.
Pero esto ocurre si, y sólo si, antecede a esta bajada de información un proceso de reflexión, de parte de los emisores, acerca de cómo comunicamos lo que comunicamos.
Además, dentro de esta necesidad de bajar esta información están contenidas otras necesidades.
Primero que quienes reciben la información actúen en consecuencia. Luego, que los emisores de esta “bajada de información” se hagan dueños del mensaje del que son portadores. Tercero, que el mensaje contenga no sólo la información que debe seguir bajando en cascada, sino también la manera cómo debe replicarse, atendiendo las particularidades de cada emisor y  de los receptores. Y cuarto, y último, que el Feed Back que reciben los emisores al bajar la información se recoja y se vincule a los interlocutores pertinentes.
Todo lo anterior -sumado a los riesgos que trae consigo un error en el proceso de cascadeo- le da sentido a la capacitación para quienes se dedican a Comunicar en Cascada. Otorgar técnicas para estas necesidades, cada vez más frecuentes en el ámbito de las grandes organizaciones, pasó de ser una opción a ser una condición.
Cascadear es una acción comunicacional cuya responsabilidad se diluye en el colectivo y, precisamente por esto, demanda preparación y reflexión para encararla co-responsablemente. Un error en este proceso conlleva a perder lo más valioso de las relaciones: la confianza.

viernes, 3 de agosto de 2012

Comunicaciones y olfato mamífero



Los mamíferos tenemos un olfato particularmente desarrollado, tanto es así que hay una serie de frases que nutren nuestro lenguaje que habla de cómo nos afina la percepción este sentido que, como sabemos, va más allá de la nariz.


“Esto no me huele bien”, decimos, aunque no sea un olor en estricto rigor lo que percibimos. “Tiene olfato periodístico”, sentenciamos al referimos a una persona “aguda”, que sabe reconocer  un acontecimiento que será noticia.

Así, con ese olfato que va más allá de la nariz, nuestro público reconoce cuándo un mensaje se genera automáticamente y cuando fue escrito por un ser humano. Cuando la respuesta es generada por una máquina el daño es irreversible. Esto marca, por ejemplo, las relación entre el empleado y la organización. Como público tenemos olfato para saber cuándo no hay nadie del otro lado.

La reflexión viene al caso cuando comenzamos a construir criterios para gerenciar medios digitales de comunicación, tanto interna como externa. Allí donde se abre la posibilidad de comentar una nota o de abrir una discusión emerge la tentación de la “respuesta automática”, una decisión fácil que puede ser letal.


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