Los días que corren vienen con la
certeza de que, sin la competencia comunicadora, se pierden las competencias
técnicas, gerenciales, administrativas y mucho más aquellas relacionadas con lo
que quiere significar el liderazgo.
En pocas palabras: ser un buen
comunicador es condición sine qua non para desempeñarse en cualquier actividad. Se trata del principal músculo
que le da movimiento a todas nuestras otras competencias: el corazón.
Y así, como cuidamos el corazón, en
tanto su funcionamiento compromete la vida, debemos cuidar la comunicación ya
que su insalubridad nos coloca en peligro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario