Marìa Nuria de Cesaris por el fotògrafo Fernando Bracho Bracho
María Nuria De Césaris -urbanista
apasionada por su quehacer profesional- vive en el piso 13, en una de las
principales avenidas de Ciudad Guayana, ubicada en el estado Bolívar, al sur de
Venezuela.
Desde su balcón me señala un
terreno baldío marcado por varios caminos que lo cruzan de un extremo a otro. “Están
hechos por el paso de los mismos peatones”, me dice con su dedo índice en alto,
advirtiéndome una lección: esos caminos marcados por el paso de los ciudadanos
son guía para la construcción de las
caminerías definitivas.
Detrás de esa enseñanza hay
reflexiones hermosas. Una de ellas es que el urbanista debe respetar el tránsito
natural del ser humano. De esos caminantes que, sin previo acuerdo, hicieron el
camino por el mismo sendero. Una coincidencia que sólo puede ser vista por un observador
-en sentido figurado y literalmente- elevado.
Sirvan estos párrafos como un
gesto de gratitud a María Nuria quien me regaló esta metáfora para explicar
cómo debemos observar las organizaciones y su fluir conversacional.
Allí, donde se da naturalmente una
conversación o un encuentro es donde viene bien colocar los contenidos que
necesita comunicar la organización a sus empleados y colaboradores. El mensaje puesto
por donde pasa el lector, provoca más fácilmente el encuentro. Obligar al
lector a ir por donde nunca antes, es contra natura.
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