22/9/2015 Defensa de tesis en la Universidad Mayor de Santiago de Chile.
En ocasión de celebrarse hoy el día
Internacional de las Comunicaciones Internas, quiero acercar a ustedes una
reflexión que nos avisa que tenemos razones para celebrar.
A quienes formamos parte de la red de
profesionales dedicados a la Comunicación Interna de las Organizaciones nos
une, entre otras cosas, el deseo por humanizar cada vez más nuestro quehacer.
Tenemos consciencia de que el ser humano es el
centro de las empresas y queremos mirarlo de manera integral. En otras
palabras, no queremos segmentar al ser humano. Nos hemos dado cuenta que
hacerlo, mirándole como un engranaje funcional a la empresa, es un error que
nos lleva por un camino que no queremos transitar más.
Además, cuando hablamos de organizaciones las
queremos ver como un cuerpo humano donde las Comunicaciones Internas son la
columna vertebral que le da forma a este entramado relacional, dándole a la
conversación el lugar de la médula de esta columna.
Esto no es poca cosa si nos damos cuenta que
por décadas hemos escuchado el empeño de hacer una analogía entre el cuerpo
humano y la máquina.
Lo anterior es parte de una de las conclusiones
de la tesis de grado que acabo de presentar en Santiago de Chile, investigación
que lleva por título: Devenir Transformacional de las Comunicaciones Internas
en América Latina, la cual contó con la tutoría del Dr. Humberto Maturana Romesín,
y que me postuló -con éxito, debo decir- al grado de Magister en Biología-Cultural.
Hoy celebramos y tenemos consciencia de nuestro
celebrar, somos, además, una red colaborativa de profesionales que queremos dar
forma a una disciplina que también es un arte. Me atrevo a decir que las Comunicaciones
Internas son el lado más humano del management organizacional, es decir, aquel
que va a la cabeza de las transformaciones que hacen de este un mundo mucho
mejor.